La Venus de Milo
Deslumbrante, de jaspe altiva y bella
porta su blanco rostro la dulzura,
es su mirada ardiente, clara y pura
de bellos ojos cual brillante estrella.
Elevada de orgullo y de nobleza,
versada de su espléndida hermosura,
desafiante de amor y de ventura,
templa la piedra fría su belleza.
Contemplaba inmovible y extasiado,
amando su esplendor incandescente,
pretendiendo ser yo, el afortunado.
Por rayano delirio fui atacado,
yo quise derramar ternura ardiente,
sobre aquel mármol frío… ¡Quedé helado!.
©R.Santamaría
“En aras del Imperio”
Perdido sin amor y sin abrigo,
camina infatigable contra el viento,
buscando, entre las calles su alimento,
que calme la sed y hambre del mendigo.
Nacer en un país fue su castigo,
falto de libertad de pensamiento
por acólitos, de poder sediento
que les negaron con maldad el trigo.
Venero de roja sangre rociada,
sus raíces, como pueblo extinguido,
carne de roble y oro amortajada.
La "plata” por el imperio diezmada
en aras, del poder establecido,
quedó aquella tierra ocre profanada.
®R.Santamaría
Metamorfosis
Ninfa de mariposa en su crisálida
prisionera en palacio de cristal,
impelida en movimiento vital,
busca una fuga que le sea válida.
Escapando a la trama, del sedal
que teje la araña en sutil telar;
vuelo recto del náyade al burlar
el calor desprendido del gredal.
Como crisálida que en su interior
alberga, bello embrión de candelilla
eclosiona radiante, esplendorosa
crisol de colores al exterior
del arco iris, sutil calor que brilla
y rompe el capullo la mariposa
©R.Santamaría
La tristeza del payaso
Ríes, ríes, ¡Oh mágico payaso!
en tanto con tristeza tu alma llora,
maquilla con arte tu faz reidora,
el sol se ocultará tras el ocaso.
Alegra el corazón tu poesía
regando de risas la tierna infancia,
el arte despliegas con tu elegancia
Inundando gracia con fantasía
Calza tus pies con grandes zapatones,
cubre tu cara de vivos colores
pinta tu nariz de rojos borlones.
Llenarás de alegría y de ilusiones,
de tu bastoncillo surgirán flores
colmando jubilosos corazones.
©R.Santamaría
La Torre De Hércules
(Soneto)
Vigilantes, erguidos, luminosos,
altivos como almenas en castillos,
conducen los navíos con sus brillos,
salvando de peligros, poderosos.
La luna compañera de aventura
junto a ti, como estático vigía,
del naufrago el final de su agonía,
destaca del marino su bravura.
Es la torre de Hércules tan grandiosa,
monumento de tan gran hermosura,
de Romanos fue su obra arquitectura.
Guarda A Coruña, su ciudad celosa,
entran en puerto con su arboladura,
airoso bergantín con su premura.
©R.Santamaría
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